OpenAI ha estado reclutando ex empleados de Google especializados en chips y ha sostenido conversaciones con Broadcom para colaborar en el desarrollo. El objetivo: un chip de servidor para IA que podría rivalizar con los de Nvidia, aunque su lanzamiento no se espera antes de 2026. Altman no se detiene ahí: también ha estado en pláticas con TSMC sobre la posibilidad de aumentar la producción de chips, ya sea de Nvidia o de su propia creación. ¿Por qué importa? En el mundo de la IA, el poder computacional es el nuevo petróleo. Con rivales como Google y Meta invirtiendo fuertemente en infraestructura, OpenAI busca asegurar su posición en la carrera hacia la "superinteligencia". La jugada Si OpenAI logra su chip propio, no solo reduciría costos, sino que tendría una ventaja en las negociaciones con proveedores. Aunque el camino es largo, una cosa es clara: en la IA, quien controla el silicio, controla el futuro del sector tech.

Fuente: The Information